martes, 23 de octubre de 2012

Tarta Guinness o porque cualquier día es un buen día para celebrar San Patricio

Siempre he dicho que en otra vida debí ser Irlandesa (bueno y japonesa, egipcia y vete a saber que más) desde que era una pequeña larva beige he sentido pasión por el verde de la Isla esmeralda, la cultura celta, sus leyendas, lo próximo que quiero tatuarme es un claddagh... Y sí, me encanta la cerveza (negra o roja) Cervezaaaa (imaginadme ahora mismo como Hommer porque es como estoy xD) 
San Patricio es una de mis fiestas preferidas y los pubs irlandes y su "craig" uno de mis sitios preferidos en donde pasar las horas...

Otra cosa que soy es una golosona sin remedio (así no hay manera de hacer dieta ni ná), así que cuando me enteré de la existencia de una cosa llamada "Tarta Guinness" no pude resistirme a probarla :P

Sé que la idea de mezclar cerveza y repostería puede parecer un poco "meh" al principio (yo es que soy de las que ha comido setas rebozadas con natillas, y aceitunas con merengue... no me asustan los retos culinarios extraños como veis) pero os puedo asegurar que ni sabe a alcohol, ni la tarta está amarga. Nada más lejos... la cerveza negra le da al chocolate una textura y un sabor increíble. ¡Os animo a que la probéis!

How to make... El bizcocho


- un botellín de cerveza Guinness
- 250 gr. de mantequilla sin sal
- 75 gr. de cacao en polvo (valor sin azúcar por ejemplo)
- 400 gr. de azúcar
- 250 gr. de harina
- 1 cucharadita de azúcar avainillado o esencia de vainilla
- 2 y 1/2 cucharaditas de bicarbonato (o levadura química, la de repostería)
- 140 ml. de nata líquida 35% MG
- 2 huevos

Lo primero que vamos a hacer es poner en un cazo la cerveza a calentar a fuego medio/bajo, importante que no hierva. Cuando veamos que está caliente le añadimos la mantequilla cortada en trozos y lo vamos moviendo hasta que la mantequilla se derrita. Retiramos del fuego y reservamos.
Por otro lado en un bol que sea profundo, mezclamos el cacao, el azúcar, la harina, el azúcar avainillado y el bicarbonato (o levadura). Tiene que quedar bien ligado todo. El aspecto que ha de tener es como una especie de "arena" En otro bol mezclamos con una batidora, para que nos quede uniforme la nata y los huevos. Luego agregamos la mezcla de cerveza y mantequilla y seguimos batiendo para que quede bien integrado.

Cuando tengamos todo bien mezclado, agregamos esto a nuestra "arena de chocolate" poco a poco y mezclándolo si es posible con una batidora de varillas (para que no queden grumos)
Y nada, lo que viene ahora ya sabéis como va:

-Precalentar el horno unos diez minutillos (180 grados)
-Engrasar el molde y espolvorear un poco de harina para que no se pegue
-Verter la mezcla en el molde y chuperretear lo que ha quedado en el bol... ¬¬ (vale, puede que esto no lo hagáis, pero yo sí lo hago a veces... :P)
-50 minutos al horno a 180 grados y a esperar (puede que esté un poco antes, id echando un vistazo cuando hayan pasado treinta minutos) Si veis que la masa empieza a oscurecer pero todavía no está hecha por dentro ponedle un poco de papel de aluminio por encima y asunto arreglao ^^

Una vez hecho el bizcocho, dejamos enfriar y desmoldamos.


How to make... El frosting


-300 gr. de queso de untar
-50 grs. de azúcar glass
-360 ml. de nata líquida 35% MG (para montar)

(con estas cantidades sale un montón de frosting, pero son las originales de la receta. Yo personalmente uso la mitad)
En un bol mezclamos, el queso de untar y el azúcar glass, mezclamos bien con ayuda de unas varillas hasta que tengamos una crema homogénea. Por otro lado, montamos la nata (que habremos tenido en la nevera unas horas, junto al propio vaso para que todo esté bien frío y monte mejor) Cuando la nata esté montada la incorporamos poco a poco con movimientos envolventes, para que la nata no pierda volumen, a nuestra crema de queso con azúcar ¡y ya lo tenemos!

Una vez desmoldado el bizcocho, procedemos a decorar nuestra tarta. Este frosting que tiene el aspecto de la espuma densa de la cerveza negra. Nos ayudamos de una cuchara y empezamos desde el centro hacia fuera con movimientos circulares dejando caer un poco por los bordes para darle un aspecto más "guinnessco" Una vez terminada la dejamos enfriar en la nevera unas horitas y...

¡a comé!

Una recomendación, si podéis (y aguantáis la tentación de no darle un bocadito) hacedla de un día para otro... está muchísimo más rica.

Que el camino os lleve a vuestro encuentro, que el viento siempre sople a vuestro favor, que siempre tengáis una trozo de tarta Guinness en la mano y gente alegre a vuestro alrededor…

Sláinte!
Música escuchada mientras escribía esta entrada: 
"The very best of the claddagh years" de The Chieftains.